26 diciembre 2009

Paridad y cuota

Si ¿Interior? Esta nos toca a nosotros, jefe. ¿Y aquí, a quien ponemos? Vamos a ver…hummm..., pues tendrá que ser una mujer, ¡eh!, y de Ibiza, que todavía no les hemos dado ningún cargo. Pues, a ver, mira el papel. De Ibiza y mujer…nos han puesto en primer lugar a Leciñena. ¿La secretaria del aparato? Claro, ¿cuántas leciñenas crees tú que hay en Ibiza? Vale, pues, ya está, Leciñena en Interior, que igual sirve. También la podríamos poner en Sanidad porque es medico. No, no vamos a desmontar otra vez la lista, y además ya se la ha prometido a Thomàs. Pues creo que ya hemos terminado. Ufff..., mira tu que es difícil hacer un gobierno, pero creo que nos ha quedado bastante apañado y se van a quedar todos contentos. Que Dios te oiga.

Es lo que sucede cuando se quiere hacer un gobierno políticamente correcto, es decir que de respuesta a estas dos sagradas estupideces que han implantado algunos partidos: que sea paritario y que reparta el poder entre las distintas baronías. No importa pues tanto aquello de merito y capacidad para llegar a conseller o consellera como que su perfil se ajuste a aquellas otras premisas. ¿Hubiera sido elegida Leciñena consellera de interior de no ser mujer y de Ibiza?, ¿Era la persona mas idónea para esta cargo? Quizás si, porque meritos tiene: es medico de familia y maestra y ha dirigido el hospital Can Mises, pero ni una cosa ni la otra acreditan suficiente capacidad como para llevar un departamento tan complejo. Y además el curriculum --ahí tenemos el perfil de algunos compañeros-- cuenta muy poco ante la voluntad de los partidos de poner, por su real gana y pensando antes en sus propios intereses que en los del procomún, a quienes mas poder ostentan. Porque han hecho de la política y de la función publica un botín a repartir cuando alcanzan la bicoca de gobernar.

Se rumorea, se dice, que no andaban excesivamente satisfechos en el Consolat con esta consellera y que al parecer tenía billete para, en una próxima remodelación, volverse a Ibiza. Pero tras el patinazo del helicóptero, está claro que ha quedado confirmada en el cargo. Así que los maten van a reconocer un error. Pero una consellera que hace una tontería como esta –lo que ha nos ha costado mover el helicóptero es lo de menos—es que tiene los criterios un tanto trabucados. Y no resulta muy tranquilizante tener en Interior a alguien que, llegado el caso, no tenga clara la jerarquía de prioridades.

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